¿Ahora quién podrá ayudarme?: Madres trabajadoras afectadas por el cierre de las guarderías
- camaleoncyv
- 21 ago 2020
- 8 Min. de lectura
Imágenes via internet
Doña Eloina Arévalo es trabajadora del Plane con bastantes años de experiencia, cada día debe levantarse a las 5:30 de la mañana para poder alistar a Daniel, su niño de tres años que asiste a la guardería “Lagunitas” desde los siete meses.
Ella debe trabajar desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, por esa razón le dejaba al cuidado de las facilitadoras que antes de la pandemia eran de bastante ayuda. Eloina no solo contaba con la ayuda en el cuidado de su niño, sino también, en el tema educativo que a su corta edad es sumamente importante.
Algunos niños del centro infantil "Lagunitas" antes de la pandemia.
¿Pero qué cambio ahora?
Todo iba muy bien hasta hace unos meses, Eloina tuvo que cambiar completamente la rutina con sus hijos debido a la pandemia que se apoderó de la vida social de todo el mundo.
Mientras ella trabajaba para el sustento de su familia, todo se volvió muy difícil, las guarderías cerraron debido a la emergencia sanitaria, el centro al que asistía Daniel, no era la excepción.
Entonces en la desesperación, la madre de familia se vio obligada a dejar a su pequeño de tres años, al cuidado de su hija de 12, ella muy afligida comenta que no había otra opción ya que su esposo trabaja viajando.
A pesar de la dura batalla que debe atravesar diariamente, agradece a Dios por poder conservar su trabajo y llevar el pan de cada día a casa. La tarea no ha sido nada fácil porque se encuentra afligida por saber cómo se encuentran sus hijos.
Marisol Soliz de 26, otra madre afectada, tiene un niño de tres años de edad y es madre soltera, desde que su pareja supo de la llegada del bebé, este se lavó las manos y se fue. Por tanto, no ha sido nada fácil llevar las riendas en la crianza de su hijo, económicamente y moralmente hablando, ha tenido que luchar sola.
Ella trabaja en la alcaldía como secretaria para sacar a su hijo adelante. Desde muy tempranas horas se levanta para preparar a su niño y dejarlo en la guardería “En buenas manos”, que desde sus dos años de vida llegaría siendo su segundo hogar.

Imágenes de una guardería sacadas de facebook.
Antes de la pandemia, Marisol cuenta que siempre ha tenido esa susceptibilidad de dejar a su niño en la guardería, pero indica que no tiene alternativa, sus hermanos trabajan y sus padres viajan, por esa razón no hay la posibilidad de dejarlo con ellos.
La vida después de la pandemia
Debido a la pandemia que azota al mundo, la guardería de Joel tuvo que cerrar a causa de la cuarentena rígida. Al inicio todo marchaba bien ya que su mamá trabajaba desde casa.
Cuando volvió la cuarentena dinámica después de un tiempo, Marisol tuvo que dejar a su niño al cuidado de la cuñada que también tiene hijos, indica que no la conoce perfectamente, pero era la única que contaba con el tiempo necesario.
“Como toda mamá siempre va a tener el miedo de donde está dejando a su niño, pero en este caso no me queda de otra, más que dejarlo allá, por lo menos va a haber quién me lo mire y dejar de lado la desconfianza y pueda estar un poco mejor”, dice Marisol.
Marisol espera que todo vuelva a la normalidad, para poder dejar a Joel en la guardería y recibir una mejor atención por parte de las facilitadoras.
Niños de la guardería "dejando tus huellas". (imágenes de la página de facebook)
Así también, está Daniela Ramos de 25 años de edad, una madre soltera, y estudiante de enfermería quien debe trabajar para sacar a delante a su niño. Cada día a las 8 de la mañana debía dejar a su pequeño en la guardería y recogerlo a las 6:30 de la tarde, en algunas ocasiones sus abuelos se encargaban de recoger al infante. Benjamín asistía a la guardería desde los dos años de edad, actualmente tiene tres.
La progenitora cuenta que debía trabajar medio tiempo durante la mañana y por la tarde asistía a la universidad. Por tal motivo, el niño pasaba la mayor parte del día en la guardería, “Dejando tus huellas”, al cuidado de las facilitadoras, quienes se encargaban de realizar diferentes actividades dinámicas para su mejor desarrollo.
A pesar del miedo y la susceptibilidad de dejar a su pequeño al cuidado de terceros, cuenta que la relación con las “tías” (las facilitadoras) fue cercana al punto de que hablaban por redes sociales para comunicarse sobre el comportamiento del niño, además de las actividades que realizaban y el alimento que compartían entre los infantes.
“Durante la cuarentena, pude disfrutar pasar el tiempo con mi hijo cosa que antes no podía hacerlo, porque no tenía tiempo. No pude escucharle decir sus primeras palabras con claridad, tampoco pude enseñarle a caminar bien, tal vez me perdí de muchos momentos importantes de la vida de mi hijo... pero al menos esa cercanía que tenía con la tía me ayudaba a ver como estaba mi hijo, aunque sea por vídeo podía verlo”, aseguro Daniela, al preguntarle sobre la relación con la facilitadora.

¿Cómo sobrevivir después del encierro?
Daniela cuenta que durante la cuarentena, ella se encargaba de cuidar a su niño, su único hijo. Actualmente la situación cambió, porque debe retomar su rutina habitual, es ahí donde se encuentra con un problema, pues no sabe con quién dejar al infante, tanto sus padres como sus hermanos deben trabajar.
Para afrontar la difícil situación económica en la que se encuentra su familia, su madre se prestó a ayudarla con el cuidado del pequeño Benjamín. Daniela asegura que su niño no podría estar en mejores manos que en las de su abuela. Sin embargo, sus hermanos le exigen buscar otra alternativa, puesto que la señora se encuentra en un delicado estado de salud.
“un vez lo lleve conmigo al trabajo, pero no es fácil atenderlo y trabajar a la vez, siento que se aburre y por eso empieza a jugar a comportarse de otra forma, se vuelve muy hiperactivo (...) Por lo que no me queda de otra que dejarlo al cuidado de mi mamá, ella me ayuda bastante a pesar de su enfermedad”, agregó Daniela.
La progenitora aún guarda la esperanza de que todo vuelva a la normalidad para poder dejar a su pequeño Benjamín en la guardería, al cuidado de las tías, y de esa manera no poner en riesgo la vida de su madre. Así también ella pueda retornar a su rutina habitual, entre el trabajo y el estudio.
Duplicación del trabajo
A causa de que la mayoría de los niños asisten a las guarderías desde su primer mes de nacidos y en algunos casos desde los tres años, las tías deben cuidar de los infantes, quienes se encargan de educarlos y organizar su tiempo para que puedan realizar diferentes actividades para su mejor desarrollo.
Durante la cuarentena las madres de familia no pudieron continuar con la misma rutina que contaban en la guardería sus niños, esta situación se dio a causa del poco tiempo que poseen.
Daniel, el niño de doña Eloina, desayunaba, almorzaba y cenaba en la guardería, era bien atendido y comía muy calientito. Ahora no se puede decir lo mismo.

Imagen sacada de Faceook
Eloina debe levantarse a las 4:30 de la madrugada, para dejar el desayuno y el almuerzo listo, por seguridad a que su hija no manipule mal la cocina y ocurra un accidente. Debe acoplarse a su nueva rutina, sabe que no hay de otra y que no puede contar la ayuda de nadie.
El trabajo para ella notablemente se duplicó, ahora debe llegar corriendo de su trabajo para hacer la cena y posteriormente descansar. Eloina espera que la emergencia sanitaria acabe muy pronto para dejar a Daniel en buen cuidado y que su niña pueda realizar sus labores con más tranquilidad.
“En la guardería él (niño) tenia horarios para hacer sus actividades y en la casa no, al estar en mi casa debemos incentivarle a hacer sus actividades, porque si no se vuelve flojito, lo peor es que no hay mucho tiempo para estar pendiente de él”, aseguró Daniela, madre de familia.
Actualmente las madres no solo deben trabajar y en algunos casos estudiar, sino que también deben dedicarles bastante tiempo a sus hijos, ya que ellos se encuentran en pleno desarrollo y formación.
Cambio de actitud en los niños
Debido al aislamiento social los niños sufrieron cambios drásticos en su forma de ser y actuar, muchos de ellos se volvieron hiperactivos, solitarios, ansiosos e incluso temerosos de salir a la calle.
Mientras las madres van a trabajar para ganar el pan de cada día, los niños se quedan al cuidado de sus abuelos o de sus parientes cercanos, ocasionando en algunos momentos que el familiar realice llamadas telefónicas para que la madre reprenda al instante.
“Le gusta estar con niños, le gusta salir, ahora se siente encerrado y si voy a la tienda él se viste, va saltando y cantando, hay ratos en los que se pone hiperactivo, es más habla solo. A veces me dice mamá ya me alistado voy a ir a la guardería, por tal motivo, me doy cuenta de que la cuarentena le ha afectado”, aseguró Daniela Ramos, madre de Benjamín.
Así mismo, Sumara Almaraz ,madre de una niña de tres años de edad, asegura que su hija se volvió hiperactiva: “ella quiere salir corretear, ir a ver a otros niños, a veces no sé cómo tratar con ella”.
Debido al brote del COVID–19, el comportamiento en los niños ha creado inquietud, estrés e irritabilidad, no solo en infantes sino que también en los padres de familia.
Debido al encierro y la falta de recursos económicos, estos deben trabajar en cualquier oficio para pagar los gastos de sus hogares.
Estado actual de guarderías municipales y de convenio en Cochabamba.
La presidenta de la Asociación de Centros Infantiles de Cochabamba (ACIC), Nelly Valdez, cuenta que más de cien facilitadoras quedaron sin una fuente de trabajo a causa de la pandemia, por lo que los 49 centros infantiles municipales y de convenio dejaron de funcionar.
“Lamentablemente el cierre de las guarderías de este año nos ha afectado demasiado. Sin embargo, hemos estado intentando buscar una solución, porque muchas educadoras ya no saben de dónde sacar dinero para sustentar a sus familias y muchas de ellas son madres solteras”, aseguró.
Frente a la dificultad que se está pasando a causa de la pandemia, las manipuladoras y facilitadoras han dado por perdido el año, y actualmente se está trabajando en el contrato para la re-apertura de guarderías de la siguiente gestión. En un momento dado, existió la posibilidad de volver a trabajar en los centros infantiles siempre y cuando hubiese descenso de infectados.
“Se tenía pensado re-abrir las guarderías en el mes de septiembre con todas las medidas de bioseguridad. Pero antes se tenía que ver las condiciones de cada centro y realizar un diagnóstico a mediados de agosto, también dependía de que bajen los contagiados, pero lamentablemente se anuló esa propuesta y ahora solo estamos trabajando en los contratos del 2021”, expresó la presidenta de la ACIC.
Ante la situación y la desesperación, la realidad ha mostrado dos facetas con el cierre de las guarderías, las dificultades que están pasando aquellas mamás que dependían de los centros infantiles, y la otra, que más de un centenar de facilitadoras se quedaron sin trabajo.
Para que no falte el pan de cada día, según la presidenta de ACIC, muchas de las tías han tenido que buscar un trabajo para combatir con la situación. Algunas tuvieron la suerte de conseguir trabajo con un sueldo fijo, pero otras viven del día, vendiendo lo que se les ocurra y haciendo lo que pueden.
Hace 4 años el centro infantil “Lagunitas” abrió sus puertas con el objetivo de apoyar a las madres del Plane (Plan Nacional de Empleo), para cuidar de sus pequeños mientras ellas trabajaban.
La ejecutiva del Plane, Roberta Vargas, como apoyo a las facilitadoras de la guardería, les dio la oportunidad de trabajar junto a las mamás de aquellos niños que cuidaban.
“Siempre he sido educadora, nunca he trabajado en otra cosa, pero debido a la pandemia estoy trabajando en el Plane (…) el trabajo es muy fuerte, hay un cambio de 90 grados, valoro el trabajo de todas la mamás (…) Estoy muy agradecida con la organización la verdad, por darme la oportunidad de trabajar con las señoras” dijo Vanessa Grageda, facilitadora del centro infantil “Lagunitas”.
Con más de 100 mil casos de COVID-19 en el país, y más de 11 mil en el departamento, los centros infantiles han sido uno de los sectores más afectados a nivel nacional.
Datos:
- El cercado de Cochabamba cuenta con 28 guarderías municipales y 21 de convenio.
- Los centros infantiles municipales son los que dependen en su totalidad de la alcaldía
- Los centros de convenio, dependen de la alcaldía y SEDEGES (Servicio Departamental de Gestión Social).
- Los contratos se realizan por 8 meses anualmente, pero a causa de la pandemia, los centros infantiles no lograron realizar el contrato para este año.
- Las guarderías cuidan a niños desde los 0 – 5 años.
Palabras Clave:
-Centros Infantiles de Cochabamba
-Guarderías municipales y de convenio.
-Facilitadoras de guarderías de Cochabamba
Comments